Hace apenas tres meses, comenzó a llegarnos desde China, la noticia de que una epidemia estaba contaminando y matando a sus ciudadanos. Se habló en primer lugar de los murciélagos como portadores de dicho virus, las fuentes que llegaban hasta nosotros eran bastantes contradictorias y una mayoría pensamos, que debido a sus costumbres de comer ciertos animales, les había ocasionado dicha crisis. Sin embargo, en un abrir y cerrar de ojos dicha epidemia, a la que han bautizado con el nombre de Covid 19, estaba en Italia, y a las pocas semanas la teníamos instalada en España. Al principio, la acogimos con cierta distancia, según las noticias, no parecía demasiado alarmante; hasta que inesperadamente y ante el cariz angustioso que iba adquiriendo, surgió la Alerta Sanitaria. La cosa era mucho más dramática de lo que en un principio se dijo
¿Qué es esta epidemia? ¿Por qué se propaga con tanta rapidez? ¿Por qué está causando tantas muertes? Son las preguntas que nos hacemos una y otra vez. Tal vez, nos encontremos ante una nueva guerra. Antes las guerras se libraban en los campos de batalla, después surgieron las trincheras con armas de fuego mucho más avanzadas y años más tarde, surgieron los bombardeos, todo ello con la única misión de matar a cuanta más gente mejor. Y es que no hay que olvidar, que la desgracia de muchos es la fortuna de unos pocos. Ahora, ha surgido de la manera más inesperada esta pandemia, puede que sea la nueva guerra del siglo XXI. Al igual que sucede con todas las guerras también en esta se ha llegado al punto más cruel y desgarrador, cuando ante las gramáticas circunstancias se decide quién debe vivir y a quién dejarlo morir, porque no hay suficientes camas en las UCI.
¿ A qué se debe?
¿Ha sido una epidemia provocada intencionadamente? como ya apuntan muchas voces, de ahí, lo rápido de su propagación. Lo cual no sería nada extraño, si tenemos en cuenta, que ya ocurrió una vez durante la Primera Guerra Mundial, la entonces mal llamada Gripe Española, porque España nada tuvo que ver con ella, solo fue la encargada de dar la voz de alarma. Dicha gripe fue un experimento de laboratorio con el fin de utilizarla como arma química contra los alemanes y por alguna causa se les fue de la mano. Dicha epidemia se cobró tantas o más muertes como la propia guerra.
Puede darse el caso, que el origen de esta pandemia se deba causas naturales, provocada por los murciélagos como se dijo en un principio o por alguna otra cosa. Últimamente se están causando grandes destrozos en todo el planeta, la naturaleza está desde hace tiempo amenazada de muerte, todas las promesas parece que se las lleve el viento, porque nada o casi nada se está haciendo al respecto. Quizás porque hay demasiados intereses creados entre las cuatro grandes fortunas que dominan el mundo. Una vez escuché una frase que caló tan hondo dentro de mí, que ya nunca la he podido olvidar, decía así: <<Dios perdona siempre, el hombre a veces, la naturaleza nunca>>. Solo tenemos que observar y podremos comprobar que cada catástrofe que ocurre, está detrás la mano del hombre.
Momento de reflexión con el coronavirus
A lo largo de la historia han habido muchas epidemias, a cada cual más terrorífica y cruel y es precisamente en esos momentos de angustia cuando el ser humano ha levantado los ojos a Dios y le ha implorado su Misericordia. Estamos atravesando una época en que los hombres vivimos de espaldas a Dios, nos creemos muy fuertes y a Dios lo vemos como algo del pasado que no tiene cabida en el vida moderna.
En estos días de recogimiento, de encierro obligado, es el momento de reflexionar, de darnos cuenta que una pandemia como la que estamos atravesando es mucho más fuerte que todos los pronósticos establecidos, que nadie ni ricos ni pobres, ni jóvenes ni viejos, ni torpes o inteligentes, todos en general somos sus prisioneros. Ójala esto nos ayude a pensar, a saber valorar las cosas sencillas, pensar que el dinero de nada sirve ante la muerte, que los abrazos y los besos que ahora se nos están prohibidos sean la base principal para estrechar lazos de unión. terminar de una vez para siempre con las guerras, apreciar el hermoso planeta que tenemos y cuidarlo como se merece, porque de su salud también depende la de todos nosotros.
He leído esta tarde, como empezó la pandemia de gripe en 1918. Es un calco de como está ocurriendo en estos momentos. Se inició en China y luego se propagó por Europa, América etc. Esta da para reflexionar y valorar que más importante que la salud, los valores y principios de las personas que se van perdiendo. Las cosa materiales se pasan, pero el amor el cariño, la moralidad, la empatia amistad, educacion, y mil cosas más que las debemos cultivar y de esa manera conseguiremos un mundo mejor. Fuera envidias, rencores, poder, dinero y mil cosas más. Un viva por la amistad. Encantada de conocerte M Amparo.