Amparo Olivares

Nos separan dos continentes

Es el título de mi última novela. Ambientada en dos ciudades lejanas en época de pandemia, Wuhan y Valencia. Puedes leer más y conseguir el libro haciendo click en el botón de más abajo.

LA TRISTEZA DEL CAMPO

Que tristeza siento cuando paseo por el campo y veo todas las naranjas tendidas en el suelo, como si se tratase de una alfombra gigante; doy unos pasos y aparecen de la misma manera los campos de caquis; son los estragos más recientes que nos ha dejado Gloria. Sin embargo, lamentablemente, ahí que decir, que esa misma estampa, hace años que se está repitiendo, sin que la haya causado ningún temporal. Las tierras desde hace mucho tiempo resultan una pesada carga para el labrador.

Ese mismo problema por el que esta atravesando el campo valenciano, se repite en los olivares andaluces, en tierras extremeñas, y en la inmensa mayoría de productos agrícolas, extendiéndose el problema a la producción ganadera. El labrador cansado de esperar promesas que una y otra vez se desvanecen en el aire, a salido a la calle pidiendo unas garantías más justas que les permitan hacer frente a los gastos y poder vivir.

Ahora se pone como ejemplo a las grandes superficies para que entre ellos y los productores haya un justo equilibrio; pero no nos llevemos a engaños, porque en el fondo hay mucho más que añadir a este problema. Y lo digo por experiencia, porque soy hija de labradores, y desde hace muchos años, asistimos preocupados, como entran naranjas de otras naciones y las nuestras se quedan colgando en los árboles, y estas naranjas que proceden de otros sitios, están libres de pagar aranceles, así como tampoco pasan por los estrictos controles que les obligan a los labradores y ganaderos españoles.

Tristeza en el campo

El problema del campo es realmente triste

Es un problema grave, da mucha tristeza porque son muchas las familias que viven del campo o de la ganadería; sin embargo, el único problema que parece que existe en España son los independentistas catalanes. Desde hace meses es de lo único que se habla, en los telediarios, en las tertulias televisivas, acaparan en los titulares de los periódicos, Es como si España solo fuese Cataluña y los demás fuésemos extraterrestres y estuviésemos viviendo en otra galaxia.

Si todo el territorio es España, ya va siendo hora de que los gobiernos o los responsables se preocupen por los problemas que estamos atravesando las demás regiones, y que dejen de hacer propaganda a unos señores que por activa y por pasiva, lo único que saben hacer es repetir hasta el aburrimiento que no quieren ser españoles.

Sin embargo, la solución es muy simple y sencilla, solo hay que recordarles, por si no se han dado cuenta es que hay a la venta algunas islas, así que se podrían comprar una e irse a vivir allí; de esa manera ya no serían españoles, que parece que con solo pronunciar el nombre de España les queme los labios y los sentidos. La isla sí que realmente sería su tierra, podrían vivir de lo que produjesen, e incluso hacer sus propias leyes y ya nada ni nadie les molestaría

Así todos contentos

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